Dos por su doble más la suma de tus expectativas (Reloaded)

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[...]Desde que nacemos es necesario que nos adaptemos, responder a las expectativas de nuestros padres, encajar en el molde que estaba destinado para nosotros; es allí cuando abandonamos parte de quien realmente somos, debemos disminuir nuestra luz para no hacer sombra a los otros [...] Buscamos esa luz que olvidamos [...]
En otras palabras esto es lo que decía Jacques Schecroun...

Después de leerlo, fijé mi mirada sólo por unos instantes sobre la hoja que tenía enfrente.
He vivido los últimos 5 años apagada, deseando con muchas ansias que alguien me ofreciera un recambio de foco, que abriera una ventana por la cual se colara un tenue rayo de sol, ilusionada ante la posibilidad de encontrar un fósforo para luego encenderlo e iluminar aunque sea por unos segundos un camino que extravié tiempo atrás, que noches de lágrimas mirando el techo de mi habitación me hicieron recordar; y es que todos en algún momento nos sentimos extraviados, como una flecha lanzada al aire, sin destino alguno, que luego de describir una alocada trayectoria termina descansando en un paraje desconocido.
Lentamente mengua nuestro entusiasmo, se diluyen objetivos, se opaca nuestro amor por los otros, por nosotros mismos, el coraje que ese tipo de sentimientos nos inspira, porque para amar no se necesita coraje, con el amor basta para seguir la marcha, para saltar paredes, esquivar proyectiles.
Sólo se necesita romper el molde que nos contiene, dar los primeros pasos prescindiendo de la seguridad que parece brindar y que nos oprime, saber que se es uno mismo desde la punta de los pies hasta la cabeza, con defectos y virtudes, con tristezas y alegrías, sintiendo felicidad por las cosas más pequeñas y afortunadas de la vida.

No dejo de convencerme de que nacimos para brillar, cada uno a su manera, cada uno con sus batallas personales para abandonar las sombras, para atravesar ese mundo de penumbras que obstruye las puertas del alba personal.