Esos malos hábitos

Te soñé vestido de rojo, soñé que eras el trazo de mi lapicera preferida que por cierto era roja; el labial de un beso y como todo buen beso era rojo; eras el Bakunin de mi anarquismo; el prendedor de la solapa de un saco viejo y desgastado, mi octubre rojo, aunque estemos en noviembre y la Revolución Rusa haya sido socialista.

Vi tus ojos espiando a través de una puerta, y tus manos acariciando una cabellera. Le dije al señor que me acompañaba que no se preocupara, que todo estaría bien en tanto y en cuanto me pagara, trabajé muy arduamente esa noche... hacer empanadas no es cosa fácil.

El jueves por la tarde caminando por el medio de la calle quise confesarte a gritos cuantas ganas tenía de reeditar mi vida, de cambiarle los colores con el photoshop de tu sonrisa, estaba en eso cuando patee una latita, de adentro salió una cucaracha ojalá nunca me pase como a ese personaje de Franz Kafka, no quisiera morir en tus manos (sé cuanto temor les tenes), sin antes experimentar el placer de pagar el alquiler de algún departamento roñoso y pretender que la vida sigue ....

Sigue.. la vida sigue....